12 de Noviembre. - Bajo la lluvia sigilosa de la noche y de las gotas que salpican una y otra vez sobre el dosel que vuela por encima de la ventana de mi recámara, me encuentro atrapada en estas mustias memorias de ti, en donde he caído prisionera ante el acaudillamiento de un par de hojas blancas y un viejo crayón, quienes con su alto poder influyente han sentenciado ante mí la condena de la verdad, que se me presenta bajo el dominio del techo blanco como una composición incesante de recuerdos vagantes, conjunto de ellos, no hacen más que reproducir tu legado. Es una proeza escribir sobre ésto, es una gesta aventura exponer en papel aquel sentimiento que con temor no encuentra cabida en el altavoz, y es una pena también atinarse en este inútil incierto de ti, desierto de aquello que fui mientras estuviste presente. Justo cuando el orgullo asoma su sombra ante los reflejos del alma, mis memorias de ti no soportan tal sacrilegio y no puedo hacer más que añorarte la vida, o la mía, o la nuestra; y sin perder más el tiempo y sin quedarme propensa ante el miedo, me decido a escribir estas memorias de ti, cuyas letras llenaron de prosas mis días y fabricaron ideas fluyentes en dos direcciones, la tuya y la mía, producto de ti. Adoraba de ti tantas cosas, pero nunca pudiste saberlo, nunca quisiste saberlo.
Adoraba por ti los días y la basta idea de verte, adoraba por ti las noches y la complaciente ilusión de soñarte. Te adoraba en recuerdos y en vida, adorada tu eterna sonrisa y tu etérea pasión a los días. Adoraba en ti aquello que tantos odiaban, como tu extrovertida manera de referirte a las cosas; adoraba de ti aquello extraño, ahora te extraño. Me inspiraba por ti y jamás me sentí tan capaz en torno a algo como cuando estuviste a mi lado. Adoraba tu nombre y pronunciarlo en voz alta, cuando el significado de éste me amparaba en la zozobra. Te adoraba y era lo que necesitabas, pero tú nunca quisiste saberlo.
Manteniendo la esencia de lo que en ti imaginaba, me encuentro también atrapada en la austera idea de lo que querías y esperabas de mí, aún sabiendo que si te lo daba, yo simplemente desaparecía. ¿Dónde demando estas noches de insomnio por causa de tu merced?, ¿en dónde aterrizo aquellos días de nostalgia cuando el panorama sugiere ratos de turbulencia?, ¿cómo consigo saber que algo queda de ti mas que el inútil orgullo que no te deja ver lo que fui?. Con la servil esperanza de que te enteres de esto, no haré más que dejar que mi vida te pase de lado, aunque mantengas tu vista con rumbo hacia el frente, aunque duela no tenerte de frente y que no esté en tu mente desviar tu camino hacia el este, por donde sale el sol cada mañana, en donde aguardo yo siempre dispuesta a alumbrarte los días y en donde no hago más que en sus horas, preservar las memorias de ti.....